Conducta criminal: Factores de riesgo y de protección

Como sucede con todas las conductas, la aparición de comportamientos delictivos está sujeta a diversos factores. La psicología forense es una de las disciplinas que estudia los factores de riesgo y de protección con objetivos preventivos e interventivos. Si quieres saber cuales son los elementos individuales, familiares y sociales implicados en la aparición y mantenimiento del comportamiento criminal, sigue leyendo.

Sheila Odena Galceran

5/28/20254 min read

a person holding a pair of nails
a person holding a pair of nails

Estudio de la conducta delictiva

La conducta delictiva siempre ha sido objeto de estudio desde múltiples enfoques. En las últimas décadas, la aplicación de la psicología forense ha permitido una comprensión más profunda de los procesos psicológicos y contextuales que influyen a la hora de transgredir las normas sociales.

Identificar los factores de riesgo y de protección es una de las herramientas clave a la hora de crear estrategias de prevención del delito y tratamientos eficaces (Andrews & Bonta, 2016) dentro y fuera de entornos penitenciarios.

Clasificación de los factores

Antes de mencionar todos factores de riesgo y protección que se pueden tener en cuenta, vamos a aclarar algunos conceptos para facilitar la comprensión a la hora de dividirlos.

  • Los factores intrínsecos són aquellos que están relacionados con las características internas de la persona, como su genética.

  • Los factores extrínsecos provienen de condiciones externas —normalmente de su entorno—, como la educación.

También podemos diferenciar entre:

  • Factores estáticos, que són aquellos que no se pueden cambiar, como la edad.

  • Factores dinámicos, que sí son modificables, como el consumo de sustancias.

Es importante tener en cuenta estas categorías puesto que, a la hora de realizar una intervención —ya sea preventiva o de reinserción— los que más deberemos tener en cuenta serán aquellos que se puedan modificar. También será necesario distinguir entre intervenciones centradas en la persona o que incluyan a su entorno.

Factores de riesgo

Factores intrínsecos

  • Rasgos de personalidad: Estudios recientes han demostrado una asociación entre la psicopatía y una mayor probabilidad de conductas violentas (Hare, 2018).

  • Trastornos mentales o de personalidad: Como ya comentamos en la publicación sobre la Relación entre Trastornos mentales o de personalidad y conducta delictiva.

  • Baja empatía y alexitimia: dificultan el reconocimiento del sufrimiento ajeno y favorecen la desinhibición moral.

  • Impulsividad y baja tolerancia a la frustración: se han asociado con una mayor tendencia a resolver conflictos mediante la violencia (Moffitt, 2018).

  • Dificultades en el control de impulsos.

  • Consumo de sustancias, debido a la desinhibición conductual (Bennett et al., 2019).

Factores extrínsecos

Algunos están relacionados con la familia directa (Farrington et al., 2017):

  • Ambientes familiares disfuncionales.

  • Negligencia parental.

  • Abuso físico o emocional.

  • Presencia de criminalidad en la familia: ya que normaliza el uso de la agresión como estrategia adaptativa.

La teoría del aprendizaje social de Bandura respalda la idea de que el comportamiento se aprende por observación, incluyendo conductas antisociales.

Por otra parte, algunos factores extrínsecos se relacionan con el entorno más allá de la propia familia (Moffitt, 2018):

  • Pobreza o exclusión social: son condiciones estructurales que aumentan la exposición al crimen.

  • Pertenencia a pandillas: puesto que refuerza conductas delictivas por presión social o refuerzo positivo.

  • Exposición a violencia comunitaria.

  • Falta de acceso a recursos educativos y laborales.

Factores de protección

Intrínsecos

  • Habilidades sociales.

  • Inteligencia emocional.

  • Autoconcepto positivo.

  • Internalización de normas morales y prosociales.

Estas fortalezas personales, por la capacidad de autorregulación emocional que provocan, se ha asociado con menor propensión al delito (Resnick, 2020).

Extrínsecos

Como afirman Lösel y Farrington (2019), encontramos:

  • Entorno familiar estructurado.

  • Apoyo familiar y social.

  • Relaciones positivas con figuras adultas.

  • Vínculos comunitarios sólidos.

  • Acceso a educación, empleo y recursos comunitarios.

  • Intervenciones tempranas.

Algunos programas de prevención basados en la evidencia —como el modelo RNR (Risk-Need-Responsivity)— han mostrado su validez al reducir la reincidencia (Andrews y Bonta, 2016).

Implicaciones para la psicología forense

A la hora de realizar peritajes psicológicos forenses, cuando lo solicite el demandante —normalmente el juez en estos casos— la evaluación forense debe incluir un análisis de predicción de la peligrosidad, para medir la posibilidad de reincidencia (Douglas et al., 2020).

En entornos penitenciarios es importante también conocer la peligrosidad y el riesgo de reincidencia y, en programas de justicia restaurativa o de prevención del delito, estos factores serán clave a la hora de desarrollar la intervención que más se ajuste a cada caso.

Conclusiones

Comprender la conducta delictiva y qué factores la han impulsado ayuda a evaluar cada caso desde una perspectiva forense y a tomar las medidas más apropiadas. Además, conocer los factores de protección puede ser clave para desarrollar medidas de prevención del delito. ¿Piensas que tener en cuenta estos factores en la práctica forense puede ayudar a crear una justicia más eficaz, humana y preventiva?

Referencias

Andrews, D. A., y Bonta, J. (2016). The Psychology of Criminal Conduct (6th ed.). Routledge.

Bennett, T., Holloway, K., y Farrington, D. P. (2019). The statistical association between drug misuse and crime: A meta-analysis. Aggression and Violent Behavior, 48, 101365. https://doi.org/10.1016/j.avb.2019.101365

Douglas, K. S., Belfrage, H., y Kroner, D. G. (2020). Structured professional judgment and actuarial risk assessment instruments: A critical review. In: The Wiley Handbook of What Works in Violence Risk Management.

Farrington, D. P., Ttofi, M. M., y Coid, J. W. (2017). Development of offending from age 8 to 50: Recent results from the Cambridge Study in Delinquent Development. Monographs of the Society for Research in Child Development, 82(1), 7–27.

Hare, R. D. (2018). Manual for the Revised Psychopathy Checklist (PCL-R). 2nd Ed. Multi-Health Systems.

Lösel, F., y Farrington, D. P. (2019). Protective factors against the development of criminal behavior: The importance of resilience. Psychiatry, Psychology and Law, 26(2), 155–167.

Moffitt, T. E. (2018). Male antisocial behaviour in adolescence and beyond. Nature Human Behaviour, 2(3), 177–186. https://doi.org/10.1038/s41562-018-0309-4

Resnick, M. D. (2020). Protective factors, resiliency, and healthy youth development. Adolescent Medicine: State of the Art Reviews, 31(1), 25–42.


Sheila Odena Galcerán

Neuropsicóloga Forense (Nº de Colegiada 30681) y Mediadora.