Secuelas Neuropsicológicas del abuso infantil: Revisión de la evidencia reciente

El maltrato en la infancia constituye un factor de riesgo significativo para el desarrollo atípico del sistema nervioso central. Las experiencias potencialmente traumáticas en etapas tempranas —que incluyen abuso físico, sexual, emocional o negligencia— pueden generar efectos neuropsicológicos duraderos. Si quieres saber cómo esto compromete la maduración de regiones cerebrales clave y afecta al desempeño cognitivo a lo largo de todas las etapas vitales, sigue leyendo.

4/22/20254 min read

a broken mirror sitting on top of a sidewalk
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Cambios neurobiológicos asociados al abuso infantil

Estudios recientes han identificado alteraciones significativas en la morfología cerebral de las personas que han sufrido abuso infantil. Se ha detectado una reducción del volumen en zonas como el hipocampo, la corteza prefrontal y la amígdala, estructuras asociadas con la memoria, la regulación emocional y la toma de decisiones (Teicher & Samson, 2016).

También se han encontrado irregularidades en las conexiones entre regiones límbicas y frontales, lo que afecta a la integración emocional y ejecutiva del comportamiento (Birn et al., 2017).

Déficits neuropsicológicos en víctimas de abuso

Revisiones documentales en las que se han analizado múltiples estudios sobre perfiles neuropsicológicos de menores expuestos a maltrato, confirman que estas víctimas muestran déficits en diversos dominios cognitivos debido a los cambios estructurales mencionados anteriormente (Masson et al., 2014; McLaughlin et al., 2014; Op den Kelder et al., 2018; Portela y Muñoz, 2020). Todos ellos señalan:

Alteraciones cognitivas

  • Disminución en el rendimiento intelectual general.

  • Problemas de atención sostenida y selectiva.

  • Déficits en la memoria de trabajo y la memoria verbal.

  • Alteraciones en las funciones ejecutivas, como la inhibición de respuestas, la planificación y la flexibilidad cognitiva.

Consecuencias emocionales

  • Desregulación emocional.

  • Síntomas de depresión.

  • Síntomas de ansiedad.

  • Dificultades en las relaciones interpersonales.

Afectaciones conductuales

  • Trastornos de la personalidad y otros comportamientos disruptivos, que pueden ser manifestaciones de las alteraciones neuropsicológicas subyacentes.

Estas alteraciones pueden suponer cambios duraderos en el comportamiento y la cognición. Además, los problemas emocionales en menores pueden interferir en el desarrollo social y académico.

Trastornos psicológicos como secuelas a largo plazo

Las alteraciones neurológicas y cognitivas que derivan del abuso infantil se han asociado frecuentemente con la aparición de trastornos mentales en la adultez, entre los cuales destacan (McLaughlin et al., 2014):

  • Depresión.

  • Ansiedad.

  • Trastornos de estrés postraumático (TEPT)

  • Trastornos de personalidad.

En estos casos, la psicopatología suele tener un curso más crónico y resistente al tratamiento, sobre todo cuando las alteraciones neurocognitivas no han sido abordadas de forma temprana (Kim-Spoon et al., 2024).

Implicaciones clínicas y legales

La detección temprana de las secuelas neuropsicológicas del maltrato infantil puede ofrecer beneficios clínicos y sociales. Evaluaciones neuropsicológicas integrales pueden permitir un diagnóstico más preciso, favoreciendo la aplicación de intervenciones específicas que ayuden al menor en el ámbito terapéutico y educativo. Esto ayuda a disminuir futuros comportamientos antisociales que el menor pueda desarrollar como método de protección y que pueden perdurar en la adolescencia y adultez.

A nivel legal, la detección temprana de estas secuelas puede favorecer la aplicación de las medidas o penas que el juez considere oportunas para la persona agresora. A largo plazo, la detección de estas secuelas en adolescentes o adultos puede ayudarnos también a comprender sus propios actos delictivos (Cuadra et al., 2014).

Conclusiones

El abuso infantil puede dejar huellas cognitivas persistentes a largo plazo. Los avances en neuropsicología han permitido identificar mecanismos específicos mediante los cuales estos sucesos victimizantes impactan en el cerebro en desarrollo. Esto subraya la urgencia de que los sistemas sanitarios, educativos y de protección infantil integren este conocimiento en sus prácticas para disminuir los efectos del abuso y promover la recuperación funcional de las víctimas. ¿Qué opinas sobre estos avances?

Bibliografía

Birn, R. M., Patriat, R., Phillips, M. L., Germain, A., & Herringa, R. J. (2017). Childhood maltreatment and combat posttraumatic stress differentially predict fear-related fronto-subcortical connectivity. Depression and Anxiety, 34(7), 653–663. https://europepmc.org/article/PMC/4205190?utm_source=chatgpt.com

Cuadra, L. E., Jaffe, A. E., Thomas, R., & DiLillo, D. (2014). Child maltreatment and adult criminal behavior: Does criminal thinking explain the association? Child Abuse & Neglect, 38(8), 1399–1408. https://doi.org/10.1016/j.chiabu.2014.01.006​:contentReference[oaicite:1]{index=1}

Kavanaugh, B. C., Dupont-Frechette, J. A., Jerskey, B. A., & Holler, K. A. (2016). Neurocognitive deficits in children and adolescents following maltreatment: Neurodevelopmental consequences and neuropsychological implications of traumatic stress. Applied Neuropsychology: Child, 6(1), 64–78. https://doi.org/10.1080/21622965.2015.1079712

Kim-Spoon J, Brieant A, Folker A, et al. Psychopathology as long-term sequelae of maltreatment and socioeconomic disadvantage: Neurocognitive development perspectives. Development and Psychopathology. 2024;36(5):2421-2432. https://doi.org/10.1017/S0954579424000531

Masson, M., Bussières, EL; East-Richard, C., R-Mercier, A., Cellard, C. (2015). Neuropsychological Profile of Children, Adolescents and Adults Experiencing Maltreatment: A Meta-analysis. Clin Neuropsychol. 2015;29(5):573-94. https://doi.org/10.1080/13854046.2015.1061057

McLaughlin, K. A., Sheridan, M. A., & Lambert, H. K. (2014). Childhood adversity and neural development: Deprivation and threat as distinct dimensions of early experience. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 47, 578–591. https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0149763414002620?utm_source=chatgpt.com

Op den Kelder, R., Ensink, J. B. M., Overbeek, G., Maric, M., & Lindauer, R. J. L. (2018). Executive Functioning Problems in Children and Adolescents With Severe Psychiatric Problems. Journal of Abnormal Child Psychology, 46, 301–318. https://link.springer.com/article/10.1007/s11136-017-1535-3?utm_source=chatgpt.com

Portela Mejía, W., y Muñoz Cano, J. I. (2020). Afectación neuropsicológica en niños y niñas víctimas de abuso sexual: revisión documental. Institución Universitaria Politécnico Grancolombiano. Recuperado de https://alejandria.poligran.edu.co/handle/10823/2007​:contentReference[oaicite:14]{index=14}

Teicher, M. H., & Samson, J. A. (2016). Annual Research Review: Enduring neurobiological effects of childhood abuse and neglect. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 57(3), 241–266. https://education.biu.ac.il/sites/education/files/shared/teicher_et_al-2016-journal_of_child_psychology_and_psychiatry.pdf?utm_source=chatgpt.com


Sheila Odena Galcerán

Neuropsicóloga Forense (Nº de Colegiada 30681) y Mediadora.