Deterioro cognitivo y evaluación neuropsicológica forense: claves para valorar la incapacidad laboral

El deterioro cognitivo, sin importar su causa, puede afectar a la capacidad laboral, impactando en el desempeño de distintos empleos. Por eso, una valoración objetiva y rigurosa es fundamental para determinar la existencia de incapacidad laboral en contextos legales. Si quieres conocer los principales métodos, herramientas y consideraciones éticas en su evaluación neuropsicológica forense, sigue leyendo.

Sheila Odena Galceran

7/30/20254 min read

A brain displayed with glowing blue lines.
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Capacidad laboral y deterioro cognitivo

El estado cognitivo de una persona es un factor clave a la hora de desempeñar sus funciones laborales. El deterioro cognitivo —que puede ser desde leve a severo— afecta funciones importantes como la atención, memoria, procesamiento de la información o funciones ejecutivas, lo que impacta en la seguridad y productividad en el trabajo (Rabin et al., 2020).

Evaluar si una persona tiene un deterioro cognitivo que justifique la incapacidad laboral es una tarea crítica en el ámbito forense, por lo que debe basarse, como toda evaluación, en la evidencia científica.

Causas del deterioro cognitivo y su relación con la incapacidad laboral

El deterioro cognitivo puede suceder por diversas causas. Entre estas se incluyen:

  • Envejecimiento: La demencia es la principal causa y más conocida del deterioro cognitivo en personas de mayor edad (D’Amelio, 2021).

  • Enfermedades neurodegenerativas: La enfermedad de Alzheimer, así como otros trastornos, afectan progresivamente la memoria y otras funciones cognitivas esenciales para el trabajo (Stern, 2012; Morley y D’Amelio, 2021).

  • Trastornos psiquiátricos: La esquizofrenia, depresión y otros trastornos mentales, pueden causar, además de los síntomas positivos que se conocen, afectaciones en la concentración, la motivación y el rendimiento cognitivo (McDonald et al., 2019).

  • Traumatismo craneoencefálico (TCE): Las secuelas cognitivas del TCE pueden variar según la zona afectada y ser temporales o permanentes (Jorge et al., 2022).

  • Otras causas: Como podrían ser infecciones, enfermedades metabólicas, el abuso de sustancias o accidentes cerebrovasculares.

Sin importar su causa, el deterioro cognitivo puede afectar a trabajadores de distintos perfiles y sectores. Es por esto que la evaluación deberá adaptarse a las demandas del puesto cuando se trata de valorar una incapacidad laboral.

Evaluación neuropsicológica forense

La psicología jurídica —y la forense cuando el caso pasa por tribunales— se encarga de la evaluación del trabajador para determinar si existe una diversidad funcional que impida el desempeño de su posición. La neuropsicología forense, por su parte, ofrece una evaluación objetiva y más completa del estado cognitivo, a través de herramientas neuropsicológicas y gracias a la especialización del profesional a la hora de revisar y comprender los informes clínicos de la persona evaluada que incluyen evaluaciones neurológicas.

También se utilizan tests psicométricos o baterías estandarizadas para medir funciones como:

  • Memoria (episódica, de trabajo)

  • Atención y concentración

  • Funciones ejecutivas (planificación, flexibilidad cognitiva)

  • Velocidad de procesamiento

  • Lenguaje y habilidades visuoespaciales

  • Inteligencia general y perfiles cognitivos.

  • Control inhibitorio.

En estos casos también es fundamental evaluar el rendimiento con el objetivo de detectar la posible simulación o exageración (Slick, et al., 2019).

Consideraciones éticas y legales

Como en toda evaluación, sin importar quién la haya solicitado, los profesionales deben actuar de forma imparcial, respetando la confidencialidad y garantizando un informe objetivo.

La evaluación debe ser extensiva puesto que la incapacidad laboral no depende únicamente de la existencia de un deterioro cognitivo, sino de su impacto funcional en las tareas específicas que requiera el trabajo y de la posible adaptación del entorno laboral (Baker et al., 2020). Además,esta evaluación requiere un enfoque multidimensional y longitudinal para poder diferenciar entre deterioro leve y significativo. Es imprescindible que los resultados se interpreten teniendo en cuenta tanto el contexto laboral como la historia clínica (Bigler, 2021).

Conclusiones

La neuropsicología forense ofrece herramientas científicas para evaluar rigurosamente el deterioro cognitivo y así ayudar en las decisiones legales desde un enfoque ético. ¿Conocías esta especialidad?

Referencias

Baker, L., Green, J., y Roberts, A. (2020). Ethical considerations in forensic neuropsychological evaluations. Journal of Forensic Psychology Research and Practice, 20(3), 225-240. https://doi.org/10.1080/24732850.2020.1753986

Bigler, E. D. (2021). Neuropsychological assessment in traumatic brain injury: Advances and challenges. Journal of Neurotrauma, 38(8), 1115-1124. https://doi.org/10.1089/neu.2020.7393

Jorge, R. E., Starkstein, S., y Arciniegas, D. B. (2022). Traumatic brain injury and neuropsychiatric complications: Insights from neuroimaging and neuropsychology. Neuropsychology Review, 32(1), 1-19. https://doi.org/10.1007/s11065-021-09509-6

McDonald, W. M., et al. (2019). Cognitive impairment in psychiatric disorders: A neuropsychological perspective. Journal of Clinical Psychiatry, 80(2), 18-26. https://doi.org/10.4088/JCP.18r12429

Morley, J. E., y D’Amelio, M. (2021). Neurodegenerative diseases and cognitive decline: Clinical and therapeutic advances. Current Opinion in Neurology, 34(4), 433-440. https://doi.org/10.1097/WCO.0000000000000968

Rabin, L. A., Burton, L. A., y Barr, W. B. (2020). Assessment practices in neuropsychological evaluations for forensic disability determinations. Clinical Neuropsychologist, 34(1), 92-109. https://doi.org/10.1080/13854046.2019.1628005

Slick, D. J., Sherman, E. M. S., y Iverson, G. L. (2019). Diagnostic criteria for malingered neurocognitive dysfunction: Validation in clinical and forensic settings. Archives of Clinical Neuropsychology, 34(4), 501-516. https://doi.org/10.1093/arclin/acx121

Stern, Y. (2012). Cognitive reserve in ageing and Alzheimer's disease. The Lancet Neurology, 11(11), 1006-1012. https://doi.org/10.1016/S1474-4422(12)70191-6

Wechsler, D. (2017). Wechsler Adult Intelligence Scale—Fourth Edition (WAIS-IV). Pearson.

Sheila Odena Galcerán

Neuropsicóloga Forense (Nº de Colegiada 30681) y Mediadora.