Análisis de la credibilidad del testimonio: ¿Hasta qué punto podemos detectar las mentiras?

La credibilidad del testimonio es importante en el ámbito forense, sobre todo en esos casos en que no existen pruebas físicas concluyentes. Sin embargo, la precisión para detectar mentiras es mucho más limitada de lo que solemos pensar. Si quieres romper algunos mitos, saber hasta qué punto podemos detectar el engaño y qué métodos son los más fiables, sigue leyendo.

Sheila Odena Galceran

6/11/20254 min read

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Mitos persistentes: El Polígrafo y el Lenguaje no verbal

Pese a que el polígrafo ha sido desacreditado por la literatura científica, aún se cree comúnmente en su eficacia. Debemos saber que, aunque esta herramienta mide correlatos fisiológicos como la sudoración o la presión arterial, estas no son respuestas exclusivas de la mentira. Podríamos detectar estas respuestas debido a que la persona está nerviosa, incómoda o siente ansiedad (Arce y Fariña, 2006; Griesel & Yuille, 2007). Además, la persona evaluada puede entrenar previamente para controlar su respuesta fisiológica, lo que alteraría sus resultados, generando falsos positivos y negativos (Vrij, 2008). Por ello, esta herramienta no cumple con los criterios de admisibilidad Daubert (Daubert v. Merrell Dow Pharmaceuticals, 1993) en muchos sistemas jurídicos.

Por su parte, los indicadores relacionados con el lenguaje no verbal —como la mirada esquiva, pausas o gestos repetitivos— han demostrado también su baja fiabilidad en revisiones como la de DePaulo et al. (2003). A la larga, los estudios concluyeron que la precisión de una persona promedio para detectar mentiras se sitúa entre el 45% y el 65%, un resultado poco mejor que el azar (Martínez, 2016). Estos estudios también demostraron que las personas entrenadas en estas técnicas no suelen obtener mejores resultados.

En su libro Detecting lies and deceit: Pitfalls and opportunities, Vrij (2008) analizó otras técnicas además de las que hemos mencionado ya por ser las más conocidas. El autor concluyó que muchas de estas técnicas, especialmente las basadas en respuestas fisiológicas, carecen de una base empírica sólida y pueden ser poco fiables en contextos forenses.

Alternativas basadas en el contenido: CBCA y SVA

En contraposición a los enfoques tradicionales que hemos mencionado, la evaluación de la credibilidad basada en el contenido del testimonio si ha mostrado validez científica. Por esto, en la práctica forense se utiliza el sistema SVA (Statement Validity Assessment). En este sistema se analiza el relato con el método CBCA (Criteria-Based Content Analysis) que se basa en la premisa de que los relatos ciertos poseen algunas características cualitativas que los inventados no pueden simular fácilmente (Arce, 2017).

Múltiples estudios avalan dicha premisa y los criterios más relevantes que se incluyen son:

  • Detalles no esenciales pero verosímiles.

  • Reproducción del diálogo.

  • Complicaciones inesperadas.

  • Descripción precisa de interacciones.

  • Correcciones espontáneas.

Técnicas de entrevista: de la Estándar a la Cognitiva

La entrevista estándar —o policial— ha mostrado múltiples limitaciones y efectos negativos por la utilización de preguntas inductivas, interrupciones frecuentes y sesgos del entrevistador que pueden contaminar el relato (Carrera et al., 2021).

En cambio, la entrevista cognitiva (EC), desarrollada por Fisher y Geiselman (1987), es una herramienta basada en la evidencia empírica que mejora de forma significativa la cantidad y calidad de información obtenida, sin aumentar el número de errores. Es estructurada y debe incluir distintas técnicas de recuperación de memoria con el objetivo de maximizar la recuperación de información sin sesgar a la persona entrevistada:

  1. Recordarlo todo: que la persona cuente todo lo que recuerda.

  2. Reinstauración mental del contexto: pedir que describa detalles como, por ejemplo, que veía desde su posición o si escuchaba algo.

  3. Orden inverso: pedirle que cuente el relato nuevamente, empezando por el final y retrocediendo hasta el principio.

  4. Cambio de perspectiva: pedirle que describa el suceso desde el punto de vista de otra persona presente en la escena (otro testigo, el agresor, etc.)

En 1992, tras aplicar la técnica en contextos reales, Fisher y Geiselman introdujeron mejoras comunicativas, de estructura y de control del entorno, dando lugar a la Entrevista Cognitiva Mejorada (ECM). Esta incluye nuevos elementos —como fases de personalización, explicaciones claras, recuerdo libre, interrogatorio progresivo y cierre— dando también importancia al entorno donde se realiza la entrevista para facilitar la concentración y minimizar el estrés de la persona entrevistada.

Consideraciones prácticas y judiciales

En España, cuando la declaración de la víctima es la única prueba de peso —por falta de pruebas físicas— el Tribunal Supremo exige tres criterios para tenerla en cuenta como válida:

  • Ausencia de credibilidad subjetiva: es decir, que no se conocen motivos personales que puedan llevar a la víctima a mentir sobre la persona acusada.

  • Persistencia en la incriminación: cuando el testimonio se mantiene estable y coherente en las distintas declaraciones ante la policía, el juzgado, peritos, etc.

  • Verosimilitud del testimonio: esta se refuerza cuando hay corroboraciones periféricas, es decir, detalles secundarios que encajan con otros datos o testimonios.

Esta prueba se complementa con la pericial psicológica en la que se evalúa la capacidad cognitiva de la víctima para declarar, entre otros factores (Arce & Fariña, 2015; Seijo, 2007).

Conclusión

Detectar mentiras no es una habilidad infalible, por lo que necesitamos herramientas que nos acerquen lo máximo posible a esta capacidad. Las tradicionales, como el polígrafo o la observación del lenguaje no verbal, carecen de validez empírica suficiente. Los enfoques centrados en el contenido del testimonio ofrecen alternativas más fiables y éticamente adecuadas para el contexto forense. ¿Crees que la ciencia avanzará hasta poder detectar las mentiras con un 100% de fiabilidad?

Referencias

Arce, R. (2017). Análisis del contenido de las declaraciones de testigos: Evaluación de la validez científica y judicial de la hipótesis y la prueba forense. Acción Psicológica, 14(2), 171-190. https://doi.org./10.5944/ap.14.1.21347

Arce, R. y Fariña, F. (2006). Sobre la validez del polígrafo en contextos judiciales.

Carrera Martín, J., González Trijueque, D., y García López, E. (2021). Credibilidad del testimonio y microexpresiones. Empleabilidad como prueba psicológica forense en casos de abuso infantil. Revista Ecuatoriana de Psicología. jpatp.com+2Repsi+2Academia+2

Daubert v. Merrell Dow Pharmaceuticals, Inc., 509 U.S. 579 (1993)

DePaulo, B. M., Lindsay, J. J. y Malone, B. E. (2003). Cues to deception.

Fisher, R. P., y Geiselman, R. E. (1992). Memory-enhancing techniques for investigative interviewing: The Cognitive Interview.

Griesel, D. y Yuille, J. (2007). False positives and false negatives in lie detection.

Martínez-Mañanes, M. (2016). Métodos de detección de mentiras y Psicología del Testimonio. Universidad Internacional de La Rioja. UNIR Reunir

Vrij, A. (2008). The polygraph and its variants (Cap. 7). En Detecting lies and deceit: Pitfalls and opportunities (2ª ed., pp. 231–278). John Wiley & Sons

Sheila Odena Galcerán

Neuropsicóloga Forense (Nº de Colegiada 30681) y Mediadora.